Si deseas participar en las sesiones colectivas, por favor haz clic en el "ojo" en la parte superior izquierda de la página web EventTemples, y sigue las indicaciones. Las sesiones colectivas se están llevando a cabo en cuatro momentos diferentes cada día: 2 am, 9 am, 14:00 p.m y 21:00 p.m Zona horaria del Este (usando Nueva York) (ver hora mundial aquí para adaptarla a tu zona horaria), aunque puedes practicar por tu cuenta estas sesiones en cualquier momento de tu elección. Gracias por tu aporte energético.
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Bienvenidos,
Soy Mark Hempel, vuestro anfitrión en esta sesión que iniciamos de los Templos de Evento.
En nombre de James, quien escribió y produjo este archivo de audio, extiendo su agradecimiento a cada uno de vosotros.
Para empezar, vamos a respirar regularmente a un ritmo tranquilo. Sincronizad vuestra respiración con la mía y, por asociación, con todos los que están participando en esta sesión.
Así que poneos cómodos y exhalad lentamente. A la de tres, inhalar.
Uno ... dos ... tres ...
Respirar profundamente ayuda a sincronizar el instrumento humano con las energías del Ser Superior, ayudando a que se abra vuestro flujo energético, tanto hacia el interior como hacia el exterior.
Ahora, imaginad la inteligencia y las capacidades creativas de vuestro Ser Superior y la energía del Espíritu en el que vive, observando, preparado y en espera.
Podéis imaginar un campo de energía que os rodea, y que pulsa en sincronía con cada latido del corazón.
Es una forma de conciencia consciente, en maneras complejas, de aquello que estáis a punto de hacer. De hecho, ella es la artífice de esta experiencia y es justo reconocerlo.
Podéis extender, si queréis, un sincero agradecimiento a vuestro Ser Superior.
Ahora, es el momento de entrar más profundamente en lo que yo llamo la sabia sonrisa de vuestro corazón, una sobria, luminosa y rápida inteligencia intuitiva que ve más allá de las barreras de la experiencia humana ordinaria.
Esta inteligencia es la membrana del instrumento humano que toca el Ser Superior, y que operando tanto en los mundos del espacio-tiempo, como los del Espíritu, es muy consciente de nuestro estado de limitación en cuanto seres humanos, por lo que es también nuestra fuente de compasión y perdón.
Nosotros perdonamos porque sabemos que ser humanos significa ser limitados, que en esta limitación tomamos decisiones que parecen imprudentes a causa de nuestras limitaciones y que por lo tanto no juzgamos sabiamente justamente por este motivo. Por lo tanto, al no poder juzgar, perdonamos.
El perdón fluye en nuestra vida desde este estado superior, la membrana de nuestra intuición, y podemos sentir este flujo significativamente mejor cuando entendemos y apreciamos nuestras limitaciones humanas.
Reflexionad en ello durante algunos segundos.
¿Sentís surgir una nueva claridad? Cuando encontréis esta claridad enviadla a todos los participantes en esta sesión. He aquí cómo:
Imaginad esta claridad como un pequeño pero vibrante cúmulo de partículas de luz dorada que posee una conciencia propia.
Visualizad esta luz hiper-consciente e inteligente.
No es necesario que la dirijáis a algún lugar, ya que ella sabe exactamente dónde ir antes siquiera de pensar en enviarla. Así que, todo lo que necesitáis hacer es imaginar un aglomerado o un cono de luz dorada en el área del corazón, a la espera de la voluntad afirmativa de la mente para catapultarse en la acción.
Decid esta sencilla frase: fluye en compasión.
Repetid esto para vosotros mismos, ya sea mentalmente o en voz alta:
fluye en compasión...
y sentid el aglomerado de luz moverse fuera de vuestro corazón y alcanzar a cada uno de los participantes, sin importar donde viváis.
De las seis virtudes del corazón, la compasión es el vínculo más claro a la capacidad innata del alma para conectarse con otros.
La compasión es lo que determina el que se creen comunidades a nivel energético y la actitud emotiva de los participantes en los Templos de Eventos.
Lo que acabáis de hacer es enviaros mutuamente compasión, y se trate de dos personas o de dos millones, el flujo de la compasión es el factor de resonancia que encontrará el corazón del otro que está en el momento, alineado y que comparte el mismo estado emocional..
Sentidlo por algunos instantes.
Cada uno de vosotros como participantes en esta sesión de Templo de Eventos, puede visualizar la red que entrecruza el mundo y lo rodea en un nivel energético.
Por lo tanto, mantened por un tiempo esta imagen del mundo en vuestra mente.
Ahora, imaginad que este aglomerado o cúmulo de partículas de luz dorada se esté nuevamente adensando en el área del corazón, listo para fluir cuando se lo pidáis.
En este momento, imaginad que detrás y por encima de vosotros está vuestro Ser Superior que se expande alrededor vuestro en este aglomerado de luz y que lo recoge de vuestro corazón. Mientras lo hace, la luz dorada se repone de inmediato: es inagotable. Y, sin embargo, ella es únicamente de origen humana, viene de vosotros: vosotros sois su creador.
Vuestro Ser Superior toma este cúmulo de luz y lo vuelve a asignar al Espíritu, sabiendo que el Espíritu lo dirigirá a la zona más adecuada o al evento, o a la persona que en la Tierra más lo necesite.
Esta es la verdadera naturaleza de las transferencias energéticas: la persona que utiliza su corazón intuitivo crea compasión a través de la comprensión consciente y el perdón, por lo que ayuda a su Ser Superior a obtener esta luz dorada, que la dirige al Espíritu para su custodia y sabia distribución.
Y así, al hacer esto, aumentamos nuestra conexión a la red de compasión.
Esta red existe desde hace miles de años. Es esta red o campo de energía tejido de frecuencias de compasión que atrae , como un poderoso imán, a la familia humana, en la dirección del Gran Portal.
Por lo tanto, nuestra familia humana podrá, en su momento, ser recibida en la quinta dimensión como una conciencia colectiva.
Si trabajamos con la energía compasiva del corazón y permitimos a nuestro Ser Superior acceder a esta compasión - generada del hombre - que nosotros podemos producir, sin límite, en nuestros corazones, sabiendo que está siendo enviada a las necesidades más elevadas, entonces habremos logrado nuestro objetivo.
Comenzad a visualizar en vuestra vida esta red de compasión y sentid el hilo de unión que se forma desde vuestro corazón en este campo de energía, un hilo de la red que está conectado con vuestro mismo campo de energía.
Somos todos criaturas de luz, incluso la ciencia lo dice sin dudarlo, pero somos más que simples criaturas de luz, somos creadores de luz y alineados con el proceso de transferencia energética, somos potentes creadores de luz compasiva, que ayuda a sostener y a reforzar la red de compasión que sirve a toda la humanidad, el planeta y la inmensa creación presente en el reino de nuestro Sol Central.
Para terminar, es fácil quedar atrapados en la grandeza del proceso de transferencia energética. Después de todo es una ayuda a gran escala el utilizar nuestras energías con obstinada intención de creadores de luz y algo más.
A vuestro Ser-Ego le puede parecer una ecuación imposible el que uno más uno sea igual a dos mil. Todo lo que puedo deciros es que cualquiera que sea el grado de luz compasiva que deis al Espíritu, éste se multiplica. Es como si el Espíritu dijera: "Por cada unidad de compasión de ti invertida, yo invertiré mil".
Un comentario final. En algún lugar, esta noche, en las vastas extensiones de este planeta, algunas personas se verán influenciadas por vuestra contribución. No puedo decir quién o cuántos, pero puedo deciros que lo que hemos hecho energéticamente va dirigido sin falta a los necesitados: un niño hambriento y sin hogar puede sentir tener una nueva esperanza, perdida hace tiempo; una madre soltera que se debate en las estrecheces para dar de comer a la familia, puede encontrar un nuevo sueño en lugar de toda esa agotadora confusión; un padre lleno de rabia reconsiderará el castigar a su hijo pequeño.
Permaneced en un estado de humildad y apreciad la oportunidad de poder contribuir de esta manera. Vendrá el momento en el que enseñaréis estas técnicas, pero por ahora: metedlas en práctica.
Desde mi mundo al tuyo,
James
