WingMakers no es ni un camino ni una enseñanza,
es simplemente una forma de vida basada en la igualdad espiritual,
y en este modo de vida se propone no juzgar
sino más bien distinguir cuidadosamente entre las frecuencias más bajas de la separación
y las frecuencias más altas de la unidad --todas y cada una.
"

James Mahu. Extraído de las Obras Completas de los WingMakers Volumen 1





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ALIANZA



El Compositor del Clima. El Campo de Batalla ha Nacido. Extraído del Capítulo 1

La habitación era luminosa. Las bombillas fluorescentes dejaban las paredes aún más blancas; su restringido,zumbido de alta frecuencia sonó estrepitosamente. Terran Kahn se sentó en una silla de cuero mullido, que estaba especialmente destrozado en los brazos, allí los nerviosos dedos de alguien habían tomado el cuero hasta el punto en que penachos de relleno blanco sobresalían como las cabezas de los niños curiosos. A Terran le costó encontrar una posición cómoda en el sillón, con sus pies flotando por encima del suelo de baldosas. Él tenía 12 años de edad el cabello negro ligeramente rizado, una cara seria que siempre parecía sondear su entorno. Su mayor rasgo revelador -su ojos azules - estaban situados en un rostro persa equilibrado y sereno.

"Para ser sincero, no lo recuerdo", dijo suavemente la doctora Evelyn Moralis, moviendo la cabeza en una penosa cámara lenta. Ella era psicóloga, formada en Harvard, la mejor de su clase, se graduó con un doctorado en psicología del comportamiento a la prometedora edad de veinte años. Se la consideraba brillante, ingeniosa, y de los 851 Doctorados que trabajaban en el Centro de Investigación de la Facultad, fue considerada como la experta en las personas.

Era una mujer delgada de unos treinta años, de cabello largo, en su mayoría negro, cortado recto y atado en una cola de caballo que le llegaba a la mitad de la espalda. Su pelo era ya grisáceo alrededor de las sienes. Era atractiva, una especie de ratón de biblioteca. Su presencia mostraba una cierta sobriedad que le daba a sus palabras más peso. Se había casado a edad temprana, justo después de graduarse en Harvard. Se había enamorado de un profesor de literatura, y se había casado seis semanas antes de Surot.

Sunrot fue el evento que cambió la vida de todos y de todo en la tierra. Nunca había habido un evento de tal poder de barrido que cambiara la vida, toda la vida. Por desgracia, el cambio fue para peor. Surot fue el resultado de un sol hiperactivo que se llevó a la tierra hacia atrás en el tiempo —no sólo en tecnología, sino también en población y en la plataforma de subsistencia humana como la agricultura y la medicina.

Terran reformuló la pregunta. "Entonces ¿a quién sigues?"

"¿Quieres decir, qué escuela de pensamiento aplico en mi práctica?"

Terran asintió.

"Soy una aficionada. Escojo muchas diferentes escuelas de pensamiento. En realidad no tengo un punto de resonancia particular. Francamente dependo de la persona con la que estoy trabajando. ¿Estás interesado en este tipo de cosas?"

La doctora Moralis cruzó las piernas y abrió una carpeta, apartando la mirada de los ojos de Terran. Él ve a través de mí, pensó.

"No", afirmó Terran, sacudiendo la cabeza. "No entiendo por qué la gente examina tan atentamente la personalidad de las máquinas".

"¿Te consideras una máquina?"

Terran sacudió la cabeza de nuevo. "No, pero eso es lo que haces, ¿verdad?"

La doctora Moralis sonrió, moviéndose en su silla. Era el mismo tipo de silla que la de Terran, aunque en mejores condiciones. "¿Por qué crees que los humanos son máquinas"

"Los seres humanos son muchas cosas", Terran respondió, "pero la parte que es una máquina es la parte que funciona mal, y la que es, invariablemente, la parte que investigas... la que intentas arreglar".

La doctora Moralis se quedó mirando su pluma durante un largo segundo antes de tropezarse con los ojos de Terran. "No estoy tratando de arreglar nada, Terran. No creo que estés roto. Yo sólo quería llegar a conocerte mejor".

"Entonces haz las preguntas correctas", se susurró a sí mismo Terran.

La doctora Moralis frunció el ceño. "No pude oirte, Terran. ¿Puedes hablar más alto?"

Terran permaneció completamente inmóvil y en silencio.

La doctora Moralis suspiró ligeramente. Tomó un documento de la carpeta sobre su regazo y se lo entregó a Terran. "Tu perfil psicológico es incompleto, Terran. ¿Por qué no respondes a todas las preguntas?"

La doctora Moralis le tendió el perfil psicológico, pero al ver que Terran lo rechazaba, ella lo devolvió a su regazo frunciendo los labios. No podía ocultar su decepción.

"Ni siquiera tu fecha de nacimiento?"

Terran se encogió de hombros, como si de repente no supiera cómo hablar Inglés.

A veces, la doctora Moralis deseaba tener una ventana, para poder mirar hacia otro lado, como si algo la distrajera, y ocultara sus frustraciones. Aunque Terran no era un paciente —en el sentido clínico— era un estudiante que pasó a tener un CI que eclipsaba a las mentes más brillantes de la facultad. Consciente de este hecho, la doctora Moralis era particularmente sensible a las patologías de los UECI (ultra-elevados coeficientes de inteligencia) [UHIQs (ultra-High Intelligende Quotiens)]. Éstos tienden a ser socialmente impedidos. Tienden a ser retraídos. Tienden a estar absorbidos egoístamente en sus propias mentes. Sus egos son legendarios.

La doctora Moralis colocó el perfil en su carpeta. "No me respondes".

Terran lanzó una significativa mirada en dirección a la doctora Moralis. "Tu cuestionario trataba de estados subjetivos de mi mente y de mis emociones. Debido a que son subjetivos, no vi la relevancia".

"Podrías habérmelo pedido..."

"Acerca de qué?"

"Podrías haberme pedido aclaraciones".

"No tenía la claridad".

"Quieres completar el examen?"

"Puedes responder a mi pregunta acerca de la relevancia?"

La doctora Moralis se inclinó hacia delante en su silla. Era su manera de hacer hincapié en la importancia de lo que estaba a punto de decir. "Terran, ponemos a prueba a cada estudiante que entra en nuestro Centro de Investigación de la Facultad. Nosotros utilizamos sus respuestas para entender mejor cómo podemos enseñarle o guiarle en su desarrollo. Nos ayuda a ser sensibles a sus necesidades. ¿Qué es lo que te da miedo?"

"Nada".

"Bien. Entonces vas a responder a todas las preguntas?"

Terran miró por toda la parca oficina. Encima de una estantería, colgaba un pequeño cuadro, ligeramente torcido. Mostraba una mujer mirando fijamente una pecera. El rostro de la mujer era contemplativo. Curioso. Ambos peces de colores, por otra parte, parecían ser felizmente inconscientes de su observador humano.

"Me siento como uno de esos peces", explicó Terran. "Me ves dentro de una pecera, pero no estoy realmente allí. Quieres respuestas a preguntas que no me describen. Me preguntas para ajustarte a los exámenes sólo porque otros lo han hecho. Tú no entiendes mi reticencia, de manera que ves un dolor que necesita curación, cuando no existe tal dolor. Creo que deberías olvidar el cuestionario. Quizás formules... preguntas distintas ".

Fue lo más largo que Terran dijera, y la doctora Moralis se animó. Ella se recostó en su asiento.

"¿Me puedes dar un ejemplo de una pregunta que sientas es relevante para ti?"

"Está bien... cuando dije que no estaba en la pecera... ¿eso no provocó en ti una pregunta?"

"¿Cómo...?"

" '¿Entonces, dónde estás?' " dijo Terran, modulando su tono de voz.

"Está bien, si no estás en la pecera, ¿dónde estás?" preguntó la doctora Moralis, aleteando sus párpados por el reproche de un niño que apenas parecía de 12 años de edad.

"No quiero ser observado", dijo Terran. "No quiero ser analizado. No necesito de tu sensibilidad. Cada vez que me miras", Terran cerró los ojos, "ves lo que fabrica tu mente, y no lo que yo soy".

La doctora Moralis desvió la mirada, hurgando su pulso. "¿Cómo sabes esto? ¿Cómo sabes que no puedo verte? A tu verdadero yo."

"Tus preguntas me lo dicen".

"Sí, ¿pero no es así como aprendo de ti... preguntando?"

"Si tu mente está llena de clasificaciones, intentarás ordenar a las personas en categorías. Tú preguntas para descubrir dónde clasificarme. ¿Qué pecera debería colocársele? Tú supones que porque no he contestado tus preguntas sobre la evaluación, y ahora las de esta entrevista, soy un rival que debe convertirse en un sujeto voluntarioso —de otro modo, ¿cómo voy a ser cognoscible? No soy un rival ni jamás seré un sujeto voluntarioso. Así que, ¿sobre qué tenemos que hablar? Una vez más, de la relevancia... "

La doctora Moralis se miró las manos, cuidadosamente dobladas sobre su regazo. Trabajar con UECIs nunca le fue fácil. "Dime ¿por qué piensas que estás aquí?"

"En esta habitación o en el Centro de Investigación de la Facultad?"

"Lo segundo".

"Mi inteligencia".

" ¿Qué hace tu inteligencia tan interesante al CIF?

"Soy joven, así que esperan que pueda ser moldeado. Soy más brillante que la mayoría, por lo que esperan que pueda inventar tecnologías que podrían ser útiles a la humanidad —la Gran Nación".

"Tu modestia es noble", lo elogió la doctora Moralis, "pero tú y yo sabemos que tu inteligencia no es meramente mayor que la mayoría. Es más brillante que la de todos —por un considerable margen. Eso te convierte en una persona interesante. Hay algo en ti que es único —algo que nunca ha estado en este planeta antes. Es por eso que estoy interesada en hablar contigo. En cuanto a tus suposiciones estoy tratando de clasificarte, no voy a negar mi interés en que encajes en una categoría, pero gran parte de mí sabe que no tenemos una categoría para ti... o una pecera, si lo prefieres".

La doctora Moralis sonrió, luego colocó la carpeta en su escritorio.

"¿Puedes apagar las luces del techo?" preguntó Terran.

"¿Te están molestando?"

Terran asintió.

"Tengo velas ..."

"Gracias, las velas estarían bien", dijo suavemente Terran.

La doctora Moralis sacó algunas velas de su cajón del escritorio y las encendió, se acercó a la puerta y giró el interruptor en "apagado". Luego, se dirigió a su escritorio y se detuvo, con la mano en la lámpara de mesa."¿Quieres ésta fuera, también?"

Terran asintió. "Sí por favor"

La doctora Moralis giró el interruptor y la lámpara de mesa se apagó. Las dos velas fueron dejadas, sus llamas sobre sus asientos conformaban una cremosa cera blanca. La habitación estaba más tranquila, más oscura, y las paredes eran más vivas con las sombras y el movimiento.

"Gracias", dijo quedamente Terran."

"Creo que me gusta mucho más. Es más sencillo".

"Si"

La doctora Moralis regresó a su asiento, y se ajustó sus gafas de montura negra. "Has estado aquí durante dos semanas, y todavía el presidente Stanton y algunos de sus colaboradores vendrán a conocerte. ¿Cómo te hace sentir eso?"

"En deuda".

"¿De qué manera?"

Terran se encogió de hombros. "Lo averiguaré cuando él llegue".

"Suenas como si tuvieras sospechas... ¿verdad?"

"Esta palabra, sospechas. Significa que tengo sentimientos o pensamientos que algo es posible o potencialmente cierto. También puede significar que tengo sentimientos o la creencia de que una persona es culpable de una acción ilegal, deshonesta, o desagradable. ¿En cuál de estos significados estás pensando? "

"Um ..." la doctora Moralis miró hacia  el techo. "Voy a dejar que decidas tú".

"Él tiene poder. Yo tengo inteligencia. Sospecho que él quiere que mi inteligencia esté al servicio de su poder"

"Tal vez su poder estará al servicio de tu inteligencia", dijo la doctora Moralis, y luego dudó por un momento, como si estuviera tratando de recordar algo difícil de definir.

"Lo conociste ya, ¿verdad?"

Terran asintió.

"Yo nunca lo conocí", dijo con nostalgia la doctora Moralis. "¿Qué pensaste de él... cuando lo encontraste?"

"Es un hombre extravagante. No estoy seguro de que sea comprensivo con la difícil situación familiar cotidiana".

"Bueno, según pasan los políticos, eso parece ser una debilidad en sus perfiles".

Terran miró a los ojos de la Dra. Moralis y comenzó implacablemente. "¿Qué estabas planeando hacer con el perfil psicológico que me diste ayer?"

Ella conscientemente se obligó a sonreír, recordando que este pequeño muchachito de mirada inocente poseía la mente de un intelecto enorme. Ella sintió que sería mejor esquivar la pregunta, para no quedar atrapada en una esquina.

"¿Te importa si echo un vistazo a mis notas?" Preguntó la Dra. Moralis mientras alcanzaba por detrás de su escritorio un cuaderno azul.

Terran permaneció en silencio, sabiendo que era una pregunta retórica.

La Dra. Moralis hojeó el cuaderno con la cabeza baja, casi metida en el bloc de notas, y luego se detuvo de repente en una página. Miró hacia arriba . "Perdóname —mis indicaciones tienen unos nueve años vencidas. Apenas puedo leer más a menos que el texto impreso está justo en frente de mí, sobre todo cuando se trata de mi puño y letra". Ella esbozó una sonrisa rápida. "Esta luz no ayuda tampoco".

Se dio la vuelta y cogió un lápiz, colocándolo en la parte central del cuaderno abierto. "¿Es cierto que que fuiste criado como el Mahdi desde tu nacimiento?"

"Si".

"¿Esto es debido a que te identificaron desde el principio por tener un intelecto superior o había otra razón?"

"Es a causa de una profecía".

Terran parecía inquieto por un momento, como alguien que estuviera atrapado. A continuación, respiró hondo resignadamente.

"El Mahdi es el Duodécimo Imán, el que guía a todas las personas a la única religión verdadera de la unidad. Él fue predicho para venir durante los últimos tiempos... el Juicio Final".

"¿Y hacer qué?"

"Para redimir a las personas. Para salvarlas".

"Y Sunrot es el fin de los tiempos?"

Terran asintió.

"¿Tú crees en la profecía?" preguntó la doctora Moralis.

Terran cerró los ojos. "Hasta enterrar a mi maestro, no"

"Has enterrado a tu maestro?" La Dra. Moralis recogió su lápiz y comenzó a escribir en su cuaderno. "¿Cuando?"

"Hace diecisiete días".

"¿Que pasó?"

"Me escapé de mi tribu. Quería buscar maestros más avanzados. Necesitaba una educación más elevada que la que mi maestro me podía proporcionar. Era un hombre brillante, el mejor educado en la nación Baluchian, pero él era un hombre. Su conocimiento estaba limitado en muchos de los temas en los que yo estaba más interesado ".

Terran se detuvo por un momento. "Cuando me escapé de Mashhad, un equipo me envió de regreso. Javad, mi maestro, era un miembro de este equipo de 12 hombres. Yo estaba en la escuela en Mashhad. Me quedé allí. Javad ... intentó convencerme para volver. Yo traté de convencerlo de que se quedara conmigo. Al final decidió quedarse conmigo, pero fue asesinado a tiros.

"Cuando fui a enterrarlo esa noche, una presencia se apoderó de mí. Era una luz — una gran luz —una luz ancestral. Ella... ella me absorbió. En cierto modo, se convirtió en mí. Siempre había estado en mi interior, esperando el momento adecuado para darse a conocer ".

"Y crees que esta luz... era el Mahdi?"

Terran asintió. "Desde esa experiencia, he sentido que yo lo soy".

La Dra. Moralis se sentó en su silla. Su boca se abrió, como si fuera a hacer una pregunta, pero luego se detuvo. Un extraño silencio entró en la habitación. Una de las llamas de las velas de repente comenzó a oscilar violentamente, como si revelara su necesidad de más aire o más cera.

La vela se apagó. La escasa luz de la habitación se redujo a la mitad.

"Voy a conseguir otra vela", dijo la doctora Moralis, y empezó a levantarse.

"Está bien. Olvídala".

La Dra. Moralis se sentó de nuevo con una mirada interrogativa. Se alisó la manga de su blusa, teniendo tiempo para recomponerse. "Tengo entendido que tu extracción de Mashhad fue muy traumática. ¿Cómo estás ahora?" Su voz se suavizó, como si la menor luz hubiera disminuido también su voz.

Cuando está oscuro, las cosas a veces pueden asustar. Las imágenes aparecen como espejismos. Sombras animadas, que luego, desaparecen.

El olor del humo de las velas llenó la habitación, y la Dra. Moralis se sintió envuelta por algo que no podía describir o entender. Manten la calma, se dijo. ¿Es él un mentalista? ¿Tal vez me hipnotizó, y no me di cuenta?

Ella vio un destello de luz que parecía explotar del pecho de Terran. Luego, ya no estaba. Ella entrecerró los ojos y volvió a mirar. Terran pareció desaparecer.

Mientras parpadeaba abrió con fuerza los ojos de nuevo —él había vuelto. ¿Que está pasando?

"Tu marido murió en la primera ola.. cuando yo nací", dijo Terran, su voz distante, pero tranquila. "Él era un maestro... de la lengua y la historia".

"¿Cómo... cómo sabes eso?" la voz de la Dra. Moralis tembló de alarma.

"Tu manos están llenas de las preocupaciones de la gente", respondió crípticamente Terran. "Ellas no pueden contener nada más, y tú, con las dos manos ocupadas, prefieres el vacío".

La Dra. Moralis parpadeó forzadamente, lentamente, con la esperanza de que cada vez que abriera los ojos, la habitación fuera normal otra vez: Terran estaría sentado; la conversación sería terapéutica; ¡y la sensación de una presencia de gran alcance desaparecería! Sus esperanzas se convirtieron en lágrimas. ¿Porqué estoy llorando? Fue la primera pregunta que ella se había formulado a sí misma desde hacía mucho tiempo.

"¿Porqué estoy llorando?" Esta vez lo dijo en voz alta, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

"Debido a que has perdido tu relación con el universo".

"¿Cómo... cómo podría incluso tener una relación así? Yo... yo creo que es otra cosa. ¿Qué me estás haciendo? ¿Estás... estás hipnotizándome? Por favor, ¡detén esto!"

"Dra. Moralis, tú eres la que preguntó sobre el Mahdi".

"No dije que yo... yo quería experimentar... sea quien sea el Mahdi ... es ... es que me estás asustando".

"¿Por qué estás asustada?"

"Debido a que tú... tú... tú no puedes existir".

"¿Por qué no puedo existir?"

El tono de la Dra. Moralis se desplazaba desde del miedo al desprecio. "¡Hay ocho millones de razones! ¡Mi difunto marido era una de ellas! Cualquier fuerza, creador, dios, espíritu o como quieras llamarlo; eso supondría que... eso pondría a la raza humana en tal... tal tremendo desastre, que ni siquiera merecen confianza —ellos merecen desprecio! Si existes, entonces significa que tú permitiste que esto sucediera, y que... sólo un demonio lo podía hacer ".

La última vela se apagó de repente, sumiendo la habitación en una completa oscuridad. El corazón de la Dra. Moralis batía aterrorizado. Sin ningún sonido, de repente un universo de luz llenó la habitación. Era como si la sencilla habitación se hubiera transformado en la escala del universo. Ella estaba nadando en un universo de oscuridad salpicado de billones y billones de diminutas luces, agrupadas en galaxias, demasiado numerosas para contarlas.

"El universo es más complejo de lo que las matemáticas pueden mostrar", dijo Terran. "Su complejidad es una forma de energía inteligente —cada única partícula. Cada partícula es una esencia de esta inteligencia, y eso supera cualquier forma de vida individual, planeta, estrella, sistema solar, incluso una galaxia entera".

En la luz microscópica del universo, ella podía ver a Terran sentado en su silla, ella sabía que ella también estaba sentada, y ambos estaban en su oficina, al mismo tiempo, sin embargo, un vasto universo era inexplicablemente presente. Su mente era incapaz de conciliar lo que veía. Tenía los ojos abiertos, estaba despierta, se quedó mirando fijamente la habitación y no había ninguna duda en cuanto a las galaxias que giraban a su alrededor. Había un movimiento —casi imperceptible movimiento, pero movimiento de todas formas. Estaba vivo. Fue increíblemente hermoso. Vasto. Poderoso. Incondicional. Era una paradoja insondable.

"¿Estoy soñando?"

"No".

"Entonces qué estoy haciendo... ¿qué está pasando aquí?"

"Tienes una relación con esto. Quería recordártelo".

"Esto... ¿qué es esto?"

Terran agitó la mano, y el universo se movió a un lado, y un portal de algún tipo se abrió. Era muy pequeño al principio. Entonces creció en tamaño. Se hizo más grande con cada respiración que daba, hasta que hubo una sensación de movimiento, y el portal pareció tragárselos. Estaban en otro universo. Similar, pero extrañamente diferente. Los colores eran más brillantes. La negrura más rica. La presencia galáctica menos frecuente.

"¿Dónde estamos?"

"En la conciencia".

"¿Qué significa eso?"

"Quería mostrarte cómo nuestro universo, tan inmenso y aparentemente infinito como parece, es sólo una parte de una gran, interconectada e inteligente estructura que guía toda vida incluso cada una de las partículas—"

"¿Cómo, entonces, esto guía Sunrot?

"Los eventos se producen a partir de cadenas de causa y efecto. A veces la causa llega de un universo a otro; de una galaxia a otra; de una estrella a otra; de una estrella a un planeta; y desde ese planeta a sostener su vida.  Estas cadenas de eventos cosmológicos remodelan galaxias enteras y las vuelven a cuadricular. Ellas resuenan en todas partes de la galaxia. La única cosa que nunca se pierde es la conciencia individualizada. La partícula que tú eres. El alma ".

"¿Por qué me muestras esto? ¿Cómo se supone que esto me ayude?"

"Siente la grandeza de tu hogar".

"¿Mi hogar?"

"Éste es tu hogar". Terran extendió los brazos hacia fuera, y los universos se movieron. Miles de universos barridos a través del cuarto, uno tras otro en una interminable procesión. Ella inmediatamente se sintió tan insignificante como una mota de polvo, sin embargo, al mismo tiempo, más grande que un universo —tan grande como un número infinito de universos. Fue una sensación extraordinariamente peculiar, y ella conscientemente tiró de las riendas de su experiencia, porque ella sentía que su mente —investida de un rígida singularidad— estaba siendo estirada más allá de sus límites.

"No sé si puedo manejar esto ..."

Tú puedes, o no habrías pedido verla ".

"Yo no pedí..."

"Lo pediste miles de veces. Todos los libros que has buscado, el estudiar la mente humana, todo eran el resultado de tu pregunta. Aquí, justo aquí, puedes ver tu respuesta —no sólo en palabras escritas de la mente de otros, tú puedes sentirlo ".

En cuanto Terran pronunció las dos palabras finales, la Dra. Moralis sintió una presencia indescriptible superarla. Fue un tsunami de alegría, de éxtasis, de amor y de un centenar de otras emociones que se derramaron sobre ella de una manera que la limpió de toda duda. Sólo podía cerrar los ojos, escuchar su respiración, esperar. Ella era la heredera de algo muy profundo —más allá de su mente o cuerpo. Un mundo alternativo, una catedral de luz cómodamente instalada en ella, y comenzó a llorar incontrolablemente. Su cuerpo se sacudió, pero se sentía tan lejos que no le importaba. Era un fragmento humano de algo mucho más grande. Ella tenía una relación profunda con los universos. ¡Ella lo había hecho!

De repente, ella estaba de nuevo en su cuerpo. Sentía la humedad de la blusa bañada en lágrimas. La habitación estaba a oscuras. Se produjo un intenso sonido, pero estaba bastante segura de que sólo estaba en su mente.

"¿Ahora que?" preguntó la doctora Moralis. Para ella su voz sonaba extraña. "¿Qué hago ahora?"

"Toma el molde que hemos creado, y llénalo de amor, para que pueda entregarlo".

"¿Qué?"

"Esto es lo que dices a continuación".

"¿Qué quieres decir... a continuación?"

"Me preguntaste '¿ahora qué?' Me explico... esto es lo que está a continuación. Se crea un molde con el universo que puede contener lo que tú deseas para que el universo se derrame en él ".

"¿Cualquier cosa?"

"Cualquier cosa de sabiduría. Cualquier cosa que esté alineada con la inteligencia del universo."

"Dilo otra vez por favor."

"Toma el molde que hemos creado, y llénalo de amor, para que pueda entregarlo."

"¿Qué significa eso?"

"Cuando estás parada ante el universo en oración, se crea un molde," explicó Terran. "Tú le pides al universo que derrame amor en este molde —esta imagen que tú has creado con él— y con este flujo de amor, tú lo puedes transmitir. Se lo entregas a los demás."

La Dra.Moralis estiró la mano detrás de ella, buscando a tientas una caja de pañuelos que ella sabía que estaba en la esquina de su escritorio. Por lo general, se reservaban para sus pacientes, pero hoy, tal como quiso el destino, ella era el paciente. Se sonó la nariz, respiró hondo, temblorosa, y se preguntó cómo su vida posiblemente podría ser la misma.

"Puedo pedir el universo crear un molde, y luego éste lo llenará?"

"Si."

"¿Con todo lo que esté alineado con su inteligencia?"

"Si."

"¿Cómo sé lo que es eso?"

"Tú no lo haces."

"Entonces, ¿cómo puedo pedir?"

"Sólo te enseñé."

"¿Sólo hay una cosa que puedo pedir... para llenar mi molde?"

"Hay variaciones."

"¿Como qué?"

"Como compasión, belleza, comprensión, empatía, sabiduría, coraje, humildad, piedad, abundancia, y perdón, por decir unas cuantas. Estas son todas las facetas de la única cosa que realmente identifica nuestro universo en su estado más vibrante: el Amor. "

"¿Y qué hay del mal? ¿No es nuestro universo también el refugio para el mal?"

"Él proporciona no refugia. El mal toma. Impone el mal. El mal crea la separación del universo. En muchos sentidos, el mal es la separación del universo. Se vé a sí mismo como algo separado de todo lo que está ahí fuera, y debido a esta separación, tu crees que puedes subordinar, manipular, castigar, e incluso gobernar sobre otros hasta el punto de matarlos. Es esta separación lo que es malo ".

"Sin el mal no puede haber bien. ¿Verdad?" preguntó la Dra. Moralis. "Sin odio no puede haber amor."

"El amor que tú sentiste no era lo opuesto al odio. Es auténtico. No es un derivado o una sombra de algo divino. Es divinamente claro, transparente, al servicio de toda vida. Esto es el amor."

"¿Cómo sabré la diferencia?"

"Se siente la diferencia. Tú discriminas según las frecuencias del amor, reconociendo que tiene muchos niveles, y dentro de estos niveles, muchas facetas. El amor no es una sola cosa, pero como acabas de descubrir, es una unidad inteligente que atiende."

La Dra. Moralis estaba regresando lentamente a su ser humano. Su voz sonaba de nuevo familiar. Sentía el cuerpo sólido, sentada en una firme silla. Ella pensó en levantarse y encender la lámpara de su escritorio, pero no estaba muy dispuesta a levantarse.

"Nunca te oí decir nada acerca de Dios, Alá, Mahoma, Jesús, Espíritu... cualquiera de esos nombres. ¿Por qué?"

"Debido a que son específicos de este planeta, su significado no se extiende a la mansión, sólo al pequeño armario en el sótano lo llamamos tierra. Si utilizo dichos términos, dibujo líneas. He recortado el panorama. Todo se derrumba en la historia —en el tiempo ".

"Es irónico que tú seas el Mahdi," dijo la Dra. Moralis.

"Esto es un obstáculo, estos títulos, pero esto no va a cambiar lo que hago o la forma en que lo hago".

"¿Quién sabe de ti —de El Mahdi?"

"El Dr. Sinclair, y ahora, tú".

"¿Por qué lo sabemos?"

"Tú preguntaste"

"¿Eso es todo lo que se necesita... pedir?"

"No es todo, sino que es la mayor parte".

"¿Puedo compartir esto con alguien?"

"No, el Dr. Sinclair explicó que mis maestros son ateos. Ellos me evitarán si creen que soy una figura religiosa —el sucesor de Mahoma, nada menos".

"No sé si se puede embotellar esto", dijo la Dra. Moralis.

"Es una presencia en ti. ¿La puedes controlar?"

"Estoy aprendiendo".




Fuente: Sumbola

El término WingMakers está codificado:
"Alas"(Wing) deriva del término viento o volar. Es la fuerza activa que crea nuevos estados en movimiento.
"Creadores" (Makers) es la pluralidad de los co-creadores —que es la esencia colectiva de la humanidad.
Por lo tanto, WingMakers significa que a partir de la esencia colectiva de la humanidad nuevos estados de conciencia nacerán.
Este es el significado del término WingMakers, y que confiere a la humanidad una nueva identidad.
La humanidad se está transformando en WingMakers.”

James Mahu. Extraído de las Obras Completas de los WingMakers Volumen 1



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"Estos trabajos son catalizadores y su objetivo es ayudar a las personas a cambiar su conciencia para acceder más eficazmente a su propio propósito espiritual, especialmente cuando éste se vincula con el descubrimiento del Gran Portal. 

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Estos materiales están diseñados para ayudar al desarrollo de este portal así, a medida que lees y experimentas estas obras, estarás interactuando con este portal, ampliando tu visión y receptividad."

James

Extracto de la Introducción
a las Obras Completas de los WingMakers Vol.1