"Cuando vives dentro de las seis virtudes del corazón,
condicionas al amor a una frecuencia más alta."
(...)«El mundo es un lugar enorme, ¿estás de acuerdo?»
Joseph asintió.
«Y aún así, incluso tan grande como el mundo sea, por tan numerosos caminos que tenga, las personas se encuentran las unas a las otras», explicó Simon. «Las intersecciones se forman a partir de la energía, no por los caminos físicos o las carreteras. Cuando esta energía se cruza, te sientes atraído por ella como el agua que fluye a través de una red de lechos de ríos o de canales.»
«Pero ¿qué, o... o quién crea la energía?»
«El Yo Superior», respondió Simon. «Tú eres un campo de energía como todo el mundo. Sin embargo, tú eres la fuente - la que está creando la energía - incluso si tú no te das cuenta.»
Joseph suspiró.«¿Esto es lo que sucede? Quiero decir ¿para todo? Cada pequeña cosa desde que puse los pies en este bosque me ha llevado a este lugar preciso.» Señaló al suelo, subrayando su seriedad. «¿Y me dices que mi Yo Superior lo ha planeado de esta manera?»
«¿Parece tan poco probable que la parte de ti que es todo de ti, aquello que acabo de llamar el Yo Superior, sea capaz de orquestar tu realidad a través de la expresión de un campo energético, y que este campo pueda progresar en el espacio-tiempo y exponer las condiciones que atraerán a tu ser físico?»
«No, entiendo. Lo entiendo totalmente aquí», exclamó Joseph apuntando a su cabeza, «pero el problema es que si se hace esto inconscientemente, yo no necesito a mi Yo Superior realizando estos desafíos por mí. Mi vida es ya tan compleja que me abruma, yo tuve esta obsesión acerca del Oráculo durante muchos años, y ahora - cuando la mayoría de la gente de mi edad se conforma con sentarse en sus terrazas y leer - me encuentro perseguido por la Guardia suprema»
«Ah, pero estás hablando con un hechicero que resultó ser el Primer Iniciado que descubrió el Oráculo y escribió La Profecía de Dohrman.»
«Es cierto», admitió Joseph, «pero prefiero saber qué problema mi Yo Superior ha preparado para mí en el futuro»
«¿Por qué?», interrumpió Simon.
«¡Para prepararme!»
«Tu discernimiento intuitivo está hecho para ello», respondió Simon.
Joseph tocó su magullado rostro con precaución. «Sí, bueno, mi discernimiento intuitivo es dudoso.»
«¿Tal vez es tu confianza la que es vacilante?», sugirió Simon.
«Puede ser», propuso Joseph, suavizando su tono de voz. «Pero ¿cómo se puede confiar en la propia intuición? Es tan imprecisa. Es... ¡es caprichosa!»
«Cuando viniste a este mundo como una estructura física, eras sobretodo un corazón que latía», comenzó Simon. «Y como ese corazón latía según un patrón rítmico, el cuerpo empezó a formar un cerebro, las extremidades y todos los demás órganos necesarios para funcionar en este mundo. Pero lo que vino primero, incluso antes de tu corazón palpitante, fue el ritmo del corazón de tu madre y el campo que éste genera cada vez que late, y eso es lo que te hizo nacer en la naturaleza física.
«La intuición fue tu primera forma de inteligencia, comenzó en tu corazón y se basa totalmente en patrones rítmicos. Es no lineal. Se curva y fluye. Tú debes ser igual si deseas confiar en lo que es tu más antiguo y más elevado instrumento que funciona dentro de tu cuerpo, que resulta ser la mejor fuente para detectar lo que vendrá, pero no puedes simplemente estar preparado porque, lo más importante, debes entender y apreciar lo que tu generes a partir del Yo Superior.»
Simon se levantó del suelo sobre el que estaban sentados y le dio la mano a Joseph para ayudarle a ponerse en pie. «Debería haber hecho esto por ti», le hizo notar Joseph.
«Tu gratitud es suficiente», dijo Simon.
Joseph sonrió. «Gracias, pero antes de continuar, no has contestado a mi pregunta anterior. ¿Por qué todo esto está sucediendo?»
«¿Quieres decir a ti personalmente, o te refieres al planeta en su conjunto?», preguntó Simon.
«Me explico», dijo Joseph: «el mundo está dividido entre el bien y el mal y, bueno, el lado equivocado parece prevalecer.»
«¿Realmente?¿Y en qué te basas para hacer esa suposición?»
«Sé que no lees el periódico, no escuchas la radio o no hablas con la gente en las calles», explicó Joseph, «pero la gente se siente frustrada de que sus vidas sean orquestadas en la insignificancia. Los reyes de este mundo son implacables en sus métodos de control y de mantenimiento del statu quo.»
Joseph se apoyó contra un árbol y se cruzó de brazos. «El tiempo esta comprimido, la gente está preocupada, hay mayores divisiones entre grupos y clanes, todo el mundo parece bajo presión. La Iglesia, el Estado, los comerciantes y los científicos no parecen alineados, nada encaja... no... no hay ninguna armonía»
«Joseph», interrumpió con calma Simon, «Existen vastos ritmos que cadencian todo el universo, y estos grandes ritmos provocan o afectan a los más pequeños, y como una reacción en cadena, llegan finalmente hasta nosotros.»
«El corazón que late en ti escucha estos ritmos y la información contenida en ellos. Él sabe cuándo estos ritmos cambian y la vida se re-formatea o se ajusta a las nuevas energías y experiencias, y se ajusta hasta la más mínima parte, la que constituye tu presencia en este mundo.» «¿Lo entiendes?», preguntó Simon, mirando directamente a los ojos de Joseph para su confirmación.
Joseph asintió con aire ausente, como si sus pensamientos estuvieran en otra parte. «Creo que sí, pero es todo tan abstracto en comparación al mundo a mis pies.» Miró a Simon con una nueva mirada. «Yo no podría adaptarme a las realidades del mundo si supiera que mi voz cuenta. Si supiera que el mal en el mundo se equilibra con el bien, y que los indiferentes - el rebaño irreflexivo del medio - se activan para parar a la gente malvada, pero no veo nada de todo esto.»
«Como todo proceso, en particular de esta magnitud, parece desarrollarse de manera desigual, a veces en retirada, a veces saltando. Puedes tomar partido por el bien, por el medio como tú dices, o por el mal, pero todas las dimensiones de este proceso son parte de un todo más vasto, y es esta totalidad la que se ajusta y se realinea hacia una grandiosa plenitud o integración, y esto toma su tiempo.»
«¿Cuánto tiempo?», preguntó Joseph. «¿Lo veré en mi vida?»
Simon sacudió la cabeza. «¿Importa si lo ves? ¿Necesitas una confirmación para vivir con el mundo a tus pies? ¿Es que esta confirmación te hará vivir de manera diferente?»
«Tal vez lo haría», contestó Joseph. «Me daría esperanza, eso seguro.»
Simon tomó su gran bastón y se apoyó en él como si estuviera cansado de estar en un solo lugar. «Entonces ten fe en que todo el universo está en manos de una inteligencia que lo guía infaliblemente hacia una próspera luz, hacia una dimensión superior de la existencia donde la humanidad será un día libre en todos los sentidos.»
«¿Así que todo esto es la libertad?»
«Todo esto es amor », respondió Simon lacónicamente.
«No me gusta tener la sensación de repetirme», respondió Joseph, «pero estos conceptos, por lo que a mí respecta, son buenas abstracciones para dejarlas a los cuentos de hadas o a los libros religiosos.»
«No hay nada abstracto con respecto al amor», respondió Simon. «Yo no hablo del amor tal como la humanidad lo ha definido. El amor es la plenitud de las virtudes humanas, incluyendo las seis virtudes del corazón: el agradecimiento, la compasión, el perdón, la humildad, la comprensión y el valor. Estas virtudes se entrelazan y forman la condición del amor. El amor es un estado de conciencia. Cuando vives dentro de las seis virtudes del corazón, condicionas al amor a una frecuencia más alta.
«El amor, como cualquier otra cosa, es un continuum de la expresión humana, que se extiende desde la expresión torpe y egoísta de una persona poseída por su propia gloria, a la de un maestro que perfeccionó su expresión en el crisol de su corazón. Puedes definir el entero continuum como el amor, pero sus expresiones son muy diferentes.
«El amor como estado de conciencia es simplemente vivir en la expresión de las seis virtudes del corazón.»
«Sí, pero ¿cuántas personas son santos?», preguntó Joseph. «¿Cuántas personas realmente pueden vivir en ese estado? Según mi experiencia, ninguna. Ése es el número.»
Simon sacudió la cabeza, y amenazó a Joseph con su bastón. «¡Hazme otra pregunta retórica y estarás preparado para encontrar el camino a casa!»
Joseph se miró las botas para evitar la furiosa mirada de Simon. «Lo siento, pero incluso eso - lo que acabas de hacer - el arrebato, ¿es parte de las seis virtudes del corazón? ¿Acaso no he demostrado simplemente lo que quise decir?» Joseph alzó la mirada hacia Simon mientras las últimas palabras salían de su boca.
«Yo no soy un santo», admitió Simon. «Soy un hechicero, pensé que lo sabías.» Una ligera sonrisa apareció en su rostro mientras hablaba. «Una parte de este estado de conciencia es la creencia - la sensación de certeza - de que todo el mundo, incluso los extraviados, hacen todo lo posible para superarse, para ser civiles, por ser y hacer lo justo. A menudo fracasamos, algunos más que otros, pero el amor es un estado de conciencia, no es un estado de perfección.»
Simon suavizó su actitud, volviendo a su característica inclinación personal. «Las emociones son como el mercurio. Ellas fluctúan y cambian y debes estar dispuesto a perdonar tus limitaciones de tolerancia, sensibilidad, racionalidad y todo lo demás, eso te mantendrá equilibrado.»
«En mi arrebato», prosiguió Simon: «Yo era consciente de mis emociones, mis palabras y mi lenguaje. Con esta toma de conciencia, sabía que las recibirías como un desaire, pero quería decirlas de esa manera. Era muy consciente. Ahora, tú me hiciste volver atrás comentando que esto era demasiado radical, y tal vez lo era, pero suavicé mi lenguaje e hice unos ajustes. Me perdoné modificando mi estado emocional.
«El amor se ha practicado con la interacción de mi comprensión, del perdón y un poco del valor en permitirme ser vulnerable. Como ves las virtudes del corazón se entrelazan como una expresión de tu estado de conciencia. Así es como tu estado de conciencia refleja tu estado de ser. El estado de ser es tu centro espiritual, el lugar donde tú dejas tu firma en este mundo del espacio-tiempo, no como actos o creaciones de la materialidad, sino como una vibración.»
«¿Y qué hace esta vibración?», preguntó Joseph.
«Ella condiciona el espacio-tiempo en un tono más elevado y este tono o vibración es la igualdad, centrada en el amor y expresada a través de las virtudes del corazón de donde el amor se extiende. Si sólo una persona viviera de esta manera y todo el mundo en la Tierra fuera pagana impía, entonces se produciría una apertura en la que el tono de igualdad y una mayor comprensión de las dimensiones del amor podrían producirse por todo el mundo. Esto no quiere decir que todo el mundo la conocerá y adoptará esta nueva vibración, pero permite la posibilidad del amor en este planeta.
«Todo, es decir cada etapa de progreso en la ascensión de la humanidad, comenzó con un solo ser humano que eligió expresar las virtudes de su corazón. No fue traído aquí por algún mensaje celestial, ni Dios se lo ordenó. Esto es el libre albedrío de una sola persona que decide - que elige simplemente expresar la sabiduría de su corazón. Si una persona lo ha hecho, otra puede seguirla, y muy pronto será posible que otras lo hagan y esto se propaga pues estas virtudes son contagiosas, ya que no emiten juicios.»
«Y si todo esto es una vibración, ¿ puedo sentirla o escucharla?», preguntó Joseph, pareciendo aún desconcertado. «Dijiste que no era abstracto, ¡pero lo es para mí!»
Simon cogió una gran rama que se había caído por la tormenta y le sacó tres ramas pequeñas, colocándolas como los radios de una rueda con su mano como eje. «¿Ves esas líneas?»
Joseph asintió en silencio.
«Hay tres ramas y seis puntas. Digamos que el centro, donde mi mano sostiene las ramas, es el amor y cada uno de estos extremos representa una de las seis virtudes del corazón.» Simon señaló cada extremo con la mano libre, citando las virtudes mientras se movía. «El agradecimiento, la compasión, el perdón, la humildad, la comprensión o entendimiento y el valor.»
«Ahora, el amor vive aquí -en la intersección- donde cada una de estas virtudes convergen en el centro, pero el amor se desplaza hacia el exterior a lo largo de cada una de estas ramas, y adquiere el carácter de una de las virtudes del corazón cuando se expresa. El amor puede desplazarse hacia el exterior simétricamente o asimétricamente, pero adopta las virtudes y se expresa a través de las virtudes.
« Este amor, con sus seis características, puede infundirse en todo y cualquier cosa. Cuando se expresa a partir de tu corazón con un cuidado genuino, cambia todas las cosas. Es la vibración de la igualdad que es el átomo de la existencia del amor, y esta vibración es la que teje la polaridad que nos divide - no alguna creencia mágica o mantra recitado, sino a través de nuestros comportamientos, tal como nos expresamos nosotros.»
Simon dejó las ramas en el suelo y agarró su botella de agua, vertiendo un poco de agua en su mano ahuecada. «¿ves esta agua?»
«Si», susurró Joseph, levantando una ceja escéptica.
«Nuestros científicos más brillantes», explicó Simon, «han estudiado el agua y pueden indicarnos sus propiedades químicas y características físicas, pero ellos no pueden indicar claramente lo que ella es. Los científicos no comprenden algo tan simple y común como el agua. Y aún así, el agua es una metáfora de la vida. Puede transformarse en diferentes estados. Es extremadamente flexible. Cruza los canales de menor resistencia. Puede superar los mayores obstáculos con el tiempo. El agua y la vida son aliados, y como yo la sostengo en mi mano, yo insuflo mi vibración en ella.»
« ¿Cómo? », preguntó Joseph.
«Porque yo decido que puedo», respondió Simon.
«Hemos vuelto a la fe—»
«No», interrumpió Simon. «Fe no, elección. Mantengo esta agua en mi mano, y antes de que yo la beba, voy a infundirle amor, no porque tenga fe esto causará alguna diferencia, sino porque esta es la práctica que yo he optado por hacer. Es una decisión.»
«Está bien, pero ¿no es que decidiste hacer esto porque tienes fe en que... en que tu práctica permitirá mejorar el agua y te aportará salud o bienestar?»
Simon sacudió la cabeza y sonrió. «La vibración del amor que yo he creado durante mi vida no es algo que se mantenga en mi, ni tampoco la expreso para mi propio beneficio personal. Su belleza sólo es útil cuando se comparte con todas las cosas, porque ella es, como he dicho antes, en su centro más íntimo, el tono de la igualdad, y una vez que es retenida sobre algo, ésta se reduce.»
Joseph lo miraba mientras Simon cogía su mano ahuecada y versaba suavemente el agua en su boca.
«¿Has aprendido todo esto del Oráculo?», preguntó Joseph.
«No, vino por mi propia voluntad.»
«¿Cómo?»
«Escuché lo que hay en mí, practiqué lo que escuchaba, observé los resultados, y tomé algunas decisiones con respecto a la manera de desplazarme basadas en esta información. Si tu haces esto las veces suficientes, aprenderás cómo cultivar la vibración de igualdad y convertirte en un artesano del amor.»
«Es muy sencillo, ¿no es así?»
«Yo no he dicho que sea sencillo», le corrigió Simon.
Simon cogió dos bolsas de yute, echándolas por encima de su hombro. «Debemos volver, estoy seguro de que Maia y Kamil tienen hambre.»
Joseph recogió las bolsas restantes.«Así que ¿es una cuestión de elección? No hay nada mágico o sobrenatural? ¿Es sólamente una elección?»
«No, no es sólo una elección», Simon sonrió. «La elección es la etapa inicial, es decir, es la forma en la que tú te suministras el amor y aprendes a expresarlo a través de las virtudes del corazón.»
«Mira a tu alrededor, Joseph », aconsejó Simon, «¿Ves los paisajes de este bosque, o ves los paisajes de tu corazón en este bosque?»
« No entiendo», murmuró Joseph moviendo la cabeza.
«Es tu elección el ver tu entorno actual como árboles y arbustos, arroyos y hierbas, pero la energía dentro de ti, que eres tú, no es ni vista ni oída. Se siente. Así que debes
sentir el mundo a través de tu corazón y luego
ver el mundo que te rodea. En ese orden.»