Parte de esta práctica se relaciona con lo que puede referirse como la Ley de Atracción, poder del pensamiento o huella de la intención. Estos conceptos se relacionan con cómo los pensamientos enfocados de la mente —acoplados a la expectativa de la creencia— pueden influir en nuestra experiencia de la realidad. Hay una cierta verdad en estos conceptos, pero no son los motores de la realidad. La realidad es una cosa
mucho más compleja que ser un resultado del enfoque intencional, o de la visualización mental o de la oración.
Parte de la realidad es un resultado de tu proyecto individual; parte de tu experiencia está relacionada con las experiencias establecidas para ti por tu ser superior; parte es consecuencia de tus acciones pasadas; parte es un reflejo de tus pensamientos y emociones, y de su atracción energética; y parte es el deseo de tu ser superior de experimentar nuevos campos de energía.
Solamente uno de estos elementos es influido por la intención o la Ley de Atracción, y por supuesto el proyecto fundamental de la Fuerza Diseñadora, como fue co-creado por tu ser superior y la Primera Fuente, no está sujeto a las intenciones o a las peticiones en oración de tu ego-personalidad, ¡no importa cuán elocuentes o sinceras sean!
Es una falacia creer que la matrix entera de realidad cumple con la Ley de Atracción o que la mente puede dirigir la materia con precisión y consistencia. No obstante, hay áreas de la realidad donde tu intención o poder de pensamiento-creencia puede ser de influencia y la realidad se adaptará a tu pensamiento-creencia, a veces con precisión notable. La práctica cuándo-cuál-cómo es uno de esos lugares o “áreas” que puedes esculpir desde la matrix de realidad e influenciar con tu intención corazón-mente. De hecho, esta es la parte más amplia de la práctica.
La intención corazón-mente imprime energías sutiles en el ambiente, que se filtran a través de las capas internas o niveles cuánticos de la personalidad y se imprimen –a la velocidad de la luz— en el ser superior. Esta impresión es más fuerte en el individuo, no obstante también “penetra” en el ambiente más amplio, e incluso en todos con quienes se comparte el ambiente. El “ambiente” en esta definición no es espacio físico, sino más bien ecología emocional a nivel cuántico, la cual conecta a la gente independientemente de consideraciones espacio-temporales.
Este tipo específico de ecología emocional es generada desde el corazón-mente operando en sincronía y alineación, enfocado en una intención muy específica para operar dentro de la práctica cuándo-cuál-cómo. Ésta puede extenderse a distancias y tiempos inimaginables porque opera en el no-tiempo y no-espacio. El dominio del corazón abarca esta ecología y puede emitir impresiones sutiles a cualquier persona conectada con esta ecología. En este caso, la distancia es un factor trivial porque no estamos hablando de energía magnética ni eléctrica, sino de energía fotónica –de modo que alguien conectado a ti, alejado un continente, está absoluta y literalmente más cerca que un latido del corazón.
La intención de corazón-mente funciona de modo similar a su representación en el diagrama de arriba. U{1} tiempo/espacio es nuestro ambiente normal, mientras que SU{2} es un campo más altamente ordenado y coherente que funciona por fuera del tiempo/espacio. No ahondaré en esto ahora, puesto que es una conversación integrada por muchas capas. Por ahora me centraré en el proceso en el cual el corazón y la mente envían colectivamente impresiones sutiles de energía sobre las capas internas del ser personalidad. Tú puedes sentir estas impresiones filtrándose en tu interior, como capas de sedimento que se filtran a través del agua para descansar sobre el fondo de un lago o río.
Estas impresiones son el resultado de tu intención corazón-mente —tanto consciente como inconscientemente. La energía intencional es una confluencia de las “escrituras” conscientes del corazón y de la mente, asociada a los indicios más profundos que están almacenados dentro del proyecto del individuo. Los centros intuitivos de la personalidad que residen dentro del corazón energético están más en sintonía con el proyecto y propósito más profundo del alma, mientras que la mente, operando a través del ego-personalidad, está más sintonizada a las intenciones de corazón-mente creadas en, y como resultado de, los mundos del tiempo-espacio.
Tú pudieras decir muy literalmente que existen dos libros que definen tu propósito: Uno es escrito por el ser superior que es de hecho co-creado con la Primera Fuente, y el otro es escrito por tu corazón-mente, basado en las necesidades percibidas del ego-personalidad en los mundos del tiempo-espacio. El libro que la mayoría de la gente lee, por lo menos en parte, es el segundo. Algunas personas tiene un vago reconocimiento de que existe otro libro, pero rara vez lo descubren. Estoy sugiriendo, en este documento, que el primer libro —el que está escrito por tu ser superior— está contenido en las acciones de las seis virtudes del corazón y que la clave para descubrir y leer este “libro” o propósito superior está contenida en la práctica cuándo-cuál-cómo.
¿Por qué es esto importante? Si tú lees solamente el libro del propósito escrito por tu corazón-mente, verás que está entrelazado con la realidad del ego-personalidad dentro del tiempo-espacio. Su línea troncal podría ser la iluminación espiritual o la avaricia. Independientemente de cuál sea, su principal interés es un periodo de vida, un individuo (tú). Cuando estas impresiones de energía sutil se acumulan sobre las capas internas de la personalidad, comienzan a hacer una impresión que pasa entre los mundos del tiempo-espacio y las dimensiones del alma dentro del individuo.
El ser superior o alma evalúa estas impresiones y determina cuán alineadas están con el propio proyecto del ser superior y los requerimientos de aprendizaje. Si ellos están alineados, entonces son agregados a la acumulación energética que átomo-por-átomo se agrupa en manifestación en el dominio del tiempo-espacio.
Esta manifestación funciona independientemente del tiempo lineal. Es decir, la intención de corazón-mente —al entrar a las dimensiones más altas del no-tiempo-espacio— empieza a manifestarse en el tiempo y el espacio, aunque el tiempo puede ser en el futuro o el pasado. Todo esto es un tema en sí mismo y se complica al tratar de decirlo en palabras que puedan ser entendidas por la mente, así que tocaré solamente el nivel de su estructura superficial. Las texturas y complejidades más profundas serán descritas en un documento posterior, o quizá será el descubrimiento que hagas mientras trabajas con estos materiales.
Algunos de ustedes encontrarán impedimentos a la manifestación, independientemente de sus supuestas acciones, pensamientos y palabras, y hasta cierto punto esto es verdad. Los proyectos más grandes de la Primera Fuente y tu ser superior eclipsan las manifestaciones de tu ego-personalidad. Existen también los energéticos consumidos desde siglos, que se han acumulado y actúan como tapón para la manifestación. Simplemente ten por sabido que si encuentras resistencia a tus sueños, esperanzas y oraciones, eso no siempre es resultado de tus comportamientos, o que la Ley de Atracción sea indiferente a tus habilidades. Hay una enorme acumulación energética tridimensional y ésta limita a los energéticos más altos, nacidos de tus prácticas más elevadas. Pero estos son los mismos catalizadores o condiciones que transforman o consumen los viejos energéticos y crean el cambio en las dimensiones superiores del ser. Todo esto es parte de la razón para tu encarnación: Para transformar la acumulación de rejillas de energía tridimensionales en rejillas dimensionales más elevadas que puedan cambiar esos energéticos y mover al planeta y a sus “visitantes” hacia su siguiente encarnación dentro de la octava más alta de nuevas energías, descubrimientos y destino supernatural que apoyen al Gran Portal.
El grado que le apliquemos a nuestra intención corazón-mente está normalmente correlacionado con el grado en que genuinamente aceptemos nuestro poder divino como co-creadores de nuevas realidades. Si estamos temerosos de nuestra divinidad, nuestra aplicación de la intención es generalmente disminuida, aunque nosotros la practiquemos con diligencia. La simple práctica de una nueva disciplina no atrae sus poderes plenos. Debe haber una creencia presente —una autenticidad en la práctica— de que lo que estás haciendo es parte de un plan más grande; que estás conectado, como ladrillos en una pared, a un propósito más grande.
Esta creencia presente toma a menudo un tiempo para acrecentar su poder. No es algo que puedas fabricar artificialmente, en un sentido es parte de la curva de aprendizaje y crece con el tiempo, conforme llegas a sentirte más cómodo con la práctica o técnica.